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domingo, 19 de octubre de 2025

Abordaje Integral de la Comorbilidad: Epilepsia y Trastorno del Espectro Autista (TEA)

La intersección entre la Epilepsia y el Trastorno del Espectro Autista (TEA) representa un desafío clínico significativo que exige un conocimiento profundo y un enfoque multidisciplinario. 


Esta comorbilidad es notablemente frecuente; se estima que la epilepsia afecta a un porcentaje mucho mayor de personas con TEA (entre el 20% y el 40%) que a la población general (0.5-1%). Entender esta relación bidireccional es crucial para optimizar el diagnóstico, el tratamiento y la calidad de vida de nuestros pacientes.

Bases de la Comorbilidad

La alta tasa de coexistencia sugiere una base neurobiológica y genética común para ambos trastornos, aunque los mecanismos exactos sigan siendo objeto de intensa investigación.

 Puntos Clave:

Prevalencia Elevada:La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos asociados más comunes en el TEA.

Distribución Bimodal:Las crisis epilépticas en personas con TEA a menudo presentan un patrón de aparición en dos picos de edad: uno en la infancia temprana (antes de los 5 años) y otro en la adolescencia.

Factores de Riesgo: El déficit cognitivo y la presencia de otros problemas o trastornos neurogenéticos asociados al TEA se correlacionan con un mayor riesgo de desarrollar epilepsia.

Tipos de Crisis: Pueden presentarse tanto crisis focales (las más comunes) como crisis generalizadas. Es vital recordar que las crisis pueden ser sutiles o atípicas en el contexto del TEA, manifestándose como microausencias o cambios conductuales.

 Desafíos en el Diagnóstico y la Evaluación

Las características nucleares del TEA pueden enmascarar o dificultar el diagnóstico de epilepsia, y viceversa.

 1. Dificultades de Comunicación 🗣️

 Las personas con TEA, especialmente aquellas con un lenguaje limitado, pueden tener **dificultad para describir sus síntomas prodrómicos o la experiencia de la crisis (sensaciones, duración, frecuencia, etc.).

Las manifestaciones atípicas (como el aumento de la autoestimulación, la agresividad, la irritabilidad o las regresiones en las habilidades) pueden ser la única señal de actividad epiléptica o de crisis no convulsivas.

2. Consideraciones Clínicas

EEG como Herramienta Crucial: El electroencefalograma (EEG), especialmente el de sueño o prolongado, es fundamental. Sin embargo, no todos los pacientes con anomalías epileptiformes en el EEG desarrollan epilepsia, lo que requiere un cuidadoso juicio clínico.

Diagnóstico Diferencial: Es imperativo distinguir entre crisis epilépticas, pseudocrisis o crisis no epilépticas psicógenas, y las conductas desafiantes o autoestimulantes propias del TEA.

 Estrategias para el Manejo Terapéutico Interdisciplinario

El manejo de la comorbilidad debe ser individualizado, coordinado y continuo, involucrando a neurólogos, pediatras, psiquiatras, psicólogos y terapeutas.

1. Tratamiento Farmacológico Antiepiléptico (FAE) 💊

Elección del FAE: Considere los posibles efectos secundarios conductuales de los FAEs. Algunos fármacos pueden exacerbar los síntomas del TEA o viceversa. El monitoreo de la respuesta y los niveles séricos es esencial.

Politerapia vs. Monoterapia: Siempre que sea posible, se debe priorizar la monoterapia para simplificar el régimen y minimizar los riesgos de interacciones.

Impacto Conductual:Se ha observado que, en algunos casos, el tratamiento antiepiléptico exitoso puede llevar a una mejoría en el comportamiento autista o en la regresión de habilidades, lo que subraya la importancia de controlar las crisis.

2. Soporte y Adaptación del Entorno

Comunicación Aumentativa y Alternativa (SAAC): Para pacientes con dificultades lingüísticas, la integración de SAACs puede ser crucial para facilitar la comunicación de malestar, dolor o la descripción de eventos de crisis.

Manejo de Estímulos Sensoriales:Los entornos sanitarios (ruido, luces, esperas) son factores de estrés significativo. Se debe implementar un protocolo de atención adaptado que minimice la ansiedad, ofrezca espacios tranquilos y respete las rutinas.

Intervenciones Comportamentales: La terapia conductual (como el Análisis Conductual Aplicado - ABA) debe continuar y, si es necesario, ajustarse en función del control de las crisis y los efectos de la medicación.

 Conclusión: Un Llamamiento a la Colaboración

La atención de las personas con TEA y epilepsia requiere una vigilancia clínica constante y una integración sinérgicade la neuropediatría y las disciplinas de neurodesarrollo en los equipos multidisciplinares. Solo a través de una comprensión holística de esta compleja comorbilidad podemos asegurar que estos pacientes reciban la atención oportuna y de calidad que merecen.

¡Su conocimiento y colaboración son clave para transformar su calidad de vida!

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